En
las puertas del advenimiento de la cuarta década transcurrida desde
la imposición del terrorismo
estatal y paraestatal preventivo, un colectivo de militantes cumple
con la faena de presentar este modesto ensayo.
¿Por
qué la Cátedra Popular Derechos en Clave Humana?
Corren
a continuación algunos intentos explicativos.
Porque
resulta
imperioso para las perspectivas de las resistencias presentes y
futuras aportar a una reflexión crítica e integral sobre el
carácter del proceso globalizador-regresivo instalado por el
neoliberalismo, primero en clave dictatorial y luego bajo el formato
de los sucesivos gobiernos civiles.
Proponemos
tributar a una renovación programática y doctrinaria de la praxis
militante sosteniendo la tesis de que Genocidio y
Transnacionalización fueron los “objetivos básicos” del plan
criminal de los sectores oligárquicos, la burguesía financiera y
los grupos del poder económico concentrado (locales y extranjeros)
para resolver a su favor la crisis de hegemonía que desde el año
1930 había sido el signo peculiar del desarrollo político del
capitalismo argentino.
Porque
resulta
de ineludible importancia penetrar en la multiplicidad de diseños y
planes políticos estatales que desde 1983 hasta nuestros días
revelan la estrategia de presentar una versión identitaria falsa,
perversa y distorsionada de la lucha revolucionaria bajo la versión
de que el terrorismo de Estado fue una respuesta a la “sinrazón”
de las izquierdas. Propiciamos el estudio de las lógicas y
mecanismos institucionales puestos en función de preservar del
castigo a los actores y beneficiarios del “poder permanente”, de
mercantilizar la memoria y de licuar la autonomía del vasto y
diverso movimiento de Derechos Humanos.
Porque
promovemos
la crítica a la entronización de la narrativa de la democracia como
ruptura
y superación definitiva de la dictadura, comoeslabón terminal del
acontecer y del quehacer histórico de los pueblos. Porqueurge
como necesidad conceptual la de organizar un sustrato
teórico-ético-político que dispute con la orientación política
general del Estado que promueve la falsa creencia
de que una política de DDHH es viable con desnutrición,
precarización laboral, con pobreza e indigencia, con concentración
económica, con depredación de nuestros recursos, con
criminalización. Y porque ubicaremos como fundamento y norte de
nuestra praxis una formación integral con vocación anticapitalista,
sosteniendo que esta definición no ensucia el campo de la lucha
social sino que, por el contrario, la potencia y le puede otorgar
nuevo dinamismo y nuevas perspectivas.
Porque
urge
en la actual etapa someter a estudio y previsión las derivaciones
políticas y culturales resultantes del cierre de un ciclo
políticoestratégicamente eficaz desde una iniciativa estatal
todopoderosa. Ha logrado anestesiar radicalmente la iniciativa de la
praxis popular autónoma y simbólica, anexándola activamente a sus
pretensiones hegemónicas, degradando su autonomía. Y porque
pretendemos aportar al diseño de una estrategia popular ante el
nuevo ciclo político que se inicia bajo la impronta de una derecha
modernizada y empresarial, parte
de la “internacional parda”, hija del 2001, que exhibe
su bravata como defensora de la neo-funcionalidad del “partido
militar” para la inteligencia e injerencia militar en los
territorios populares.
Porque
nos diferenciaremos de los saberes apadrinados por los “papers”
de la
purísima y santísima academia y de sus detentadores de discurso
hegemónico. Pretendemos la construcción de saberes populares y
militantes, en contra y recontra de la academia blanca, machista,
católica y heterosexual normativa. Nuestra pedagogía buscará
prudente distancia de seniles doctores y jóvenes canosos que
encierran derechos en la jaula de hierro de las formalidades y las
abstracciones universalistas. Será el nuestro un transitar formativo
alejado del recetario de la meritocracia académica y de los pseudo
progresistas asalariados del pensamiento oficial y de las
dependencias estatales. No nos inspiraremos, ni copiaremos sus
congresos y foros legitimadores del orden de cosas imperante,
prebendarios del poder. Tampoco de sus institutos de formación e
investigación burguesa para profesionales al servicio de las clases
dominantes. Intentaremos un camino de conocimiento alternativo al de
sus cátedras gangrenadas y acríticas, repetidoras de artículos de
memoria y doctrina mayoritaria.
Porque
postulamos
que nuestro mayor desafío es encaminar el trabajo educativo hacia
una conformación militante integral, concebida dentro
deorganizaciones integrales con capacidad propia de reflexión y de
acción concreta. Una planificación formativa que afile y potencie
los reflejos críticos, que ayude a ahondar en lecturas cada vez más
certeras de los escenarios y las perspectivas que las rebeldías nos
plantean. Imaginamos un proceso pedagógico que reconozca como centro
de gravedad la conducta consciente y ejemplar como motor de
entusiasmo y adhesión al ideal revolucionario. Pensando que por
estos senderos el proceso de formación puede contribuir a no ser tan
previsibles, ni vulnerables ante las contingencias de las luchas por
venir.